Las modas pasan pero el eyeliner permanece. Hay mil maneras de aplicarlo; esta temporada, por ejemplo, se sofistica con trazos exageradamente anchos y largos o con "doble rabillo". Sea como sea, la verdad es que es la mejor manera de conseguir una mirada felina y tal vez por eso se mantiene en el podium de nuestros preferidos en maquillaje año tras año.
Dada su relevancia, La Macedonia le va a dedicar dos entradas esta semana. En la de hoy vamos a ver todas las posibilidades de uso que tiene, dos tutoriales y un truco buenísimo para "mantenerlo a raya".
En los siguientes cuadros se muestran las infinitas maneras de aplicar el eyeliner, seguro que no las conocías todas:
Aunque algunas exigirían la precisión de un cirujano -y una ocasión muy especial para lucirlas, por ejemplo un baile de disfraces- lo que queda claro es que el eyeliner también es el rey de la versatilidad.
Pero lo uses como lo uses, hay ciertos pasos que es necesario tener en cuenta para que el resultado sea el esperado:
-Con la piel perfectamente limpia, aplica primero un contorno de ojos para que la zona permanezca hidratada.
-Lo siguiente es el corrector: amarillo si tus ojeras tienden al violeta y en rosa si son verdosas. Ponlo por todo el párpado móvil y también en la parte inferior, en el lagrimal y en el rabillo del ojo.
-Para una mayor fijación del eyeliner, puedes usar encima del corrector unos polvos sueltos en un tono claro. De hecho, muchos kits de correctores ya los incluyen.
-Para iluminar, sombra clara, blanca o hueso en el lagrimal y en el centro del ojo. O en lugar de la sombra usa tu iluminador habitual.
-Una vez aplicado el eyeliner -con pulso firme y muy pegado a las pestañas superiores-, pon dos capas de máscara de pestañas y define bien las cejas, peinándolas o repasándolas con un lápiz específico si es necesario.
En este Primer Tutorial vemos una versión sencilla del "Winged Eye". Se trata de acabar el rabillo en forma de ala, como si dibujases una, y luego hay que terminar rellenándola de negro con el mismo eyeliner.
Aquí se está usando un eyeliner líquido, pero si aún no has practicado el trazo lo suficiente, tal vez te sientas más cómoda con un lápiz khol; eso sí, afílale bien la punta antes de usarlo. También tiene la ventaja de que si te falla el pulso y la raya no te queda muy bien -y no tienes tiempo o ganas de volver a intentarlo- puedes difuminarlo con los dedos o con un poco de sombra. Este es un truco que yo uso a menudo, incluso aunque el trazo esté bien hecho.
Otra versión del eyeliner es en crema o gel: se aplica con un pincel muy, muy finito y que tenga el pelo cortado en diagonal.
En este Segundo Tutorial se busca un resultado de trazo ancho desde el centro del ojo. Hay que marcar primero, después llevar la raya hasta el lagrimal y por último rellenar.
Muchas veces lo más difícil con el eyeliner es conseguir mantener cierta simetría en ambos ojos, sobre todo al dibujar el rabillo. Es cierto que un lado nos puede quedar más alto que otro, o más largo; para ayudar a evitarlo hay un truco infalible:
¿Recuerdas cuando en el colegio nos ayudábamos con una regla para hacer las líneas rectas? Pues esto es igual pero poniendo un trozo de celo al final del ojo en sentido ascendente. El celo hace las veces de regla, impidiendo que el trazo se mueva. Es importante retirarlo con suavidad ¡y ponerlo en la misma dirección en ambos ojos!
Esto es todo por hoy. Pero recuerda que esta semana habrá otro post con el Eyeliner de protagonista.
Nos vemos por La Macedonia.