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11 Pistas para Aplicarte Bien el Autobronceador





Tengo la piel muy blanca y además tampoco me gusta mucho tomar el sol. Cada día veo a mi alrededor los estragos que ha causado en las pieles de quienes han abusado y siguen abusando de él: Manchas, arrugas, tono apagado... Hay mujeres de 30 años que tienen la piel de una de 60.

Para evitar largas y peligrosas exposiciones al sol pero sin renunciar a un tono dorado que, la verdad, favorece muchísimo, yo hace varios años que recurro al milagro del autobronceador. Como las fórmulas son cada vez más sofisticadas, bien aplicado proporciona un color realmente bonito y convincente que además, me ayuda a superar ese "Primer Momento Traje De Baño": ya sabes, esa primera vez que pisas la piscina o la playa en todo el verano; la piel aún tiene el tono mortecino del invierno y a mí siempre me resulta complicado verme favorecida tan blancucha y con tan poco ropa encima.


Hoy os voy a dar unas claves para que podáis obtener el mejor resultado de vuestro autobronceador. No os voy a engañar, las que lo habéis usado alguna vez ya sabéis que hay que armarse de paciencia. Yo reconozco que todos los veranos me pasa igual: me cuesta escoger un día para dármelo, me da mucha pereza; ahora bien, después siempre me alegro infinito de haberlo hecho.

1. Exfolia la piel antes de aplicarlo. Si puede ser, mejor 24 horas antes.

2. Hidrata bien todo el cuerpo inmediatamente antes de empezar a aplicarte el autobronceador. Este paso te lo puedes saltar si tu elección es una Leche Bronceadora de las que se utilizan después de la ducha y que va dando color paulatinamente a lo largo de los días.

3. Hazte con unos guantes, todavía no entiendo por qué las marcas no incluyen uno o dos pares con los autobronceadores; a mí me parecen imprescindibles porque, aunque te laves las manos después de toda la operación, suelen quedar ligeramente manchadas. Compra en la farmacia unos de látex, también son una buena opción -si tienes por ahí un par de sobra- los que vienen con los tintes.




4. Con movimientos circulares empieza a aplicarlo utilizando poca cantidad. Cuidado con rodillas y codos, al ser articulaciones, pueden quedar pegotes. Otra cosa, no tengas prisa. El autobronceador no es un body milk, si quieres que te quede bien ve piano, piano.

5. Los Pies son también zonas conflictivas. En los empeines yo utilizo una gotita solamente, y me tomo unos segundos para aplicarlo con pequeños movimientos circulares. Sobre todo es muy importante no extenderlo a los talones ni acercarse peligrosamente a la planta de los pies, ya que el efecto sería totalmente anti-natural; piensa que el sol nunca broncea tus pies mucho más allá del empeine.

6. Con las Manos pasa igual, evita extenderlo hacia las palmas. Yo las dejo siempre para el final; pongo sólo una gotita en cada una y la voy extendiendo despacio y con cuidado por el dorso y los dedos con la yema del índice de la mano contraria.

7. ¿Y la espalda? Bueno, yo recurro siempre a algún alma caritativa para que me haga el favor de ponérmelo. Sinceramente, en todo el tiempo que llevo usando autobronceadores, no se me ha ocurrido una opción mejor. Ni siquiera los sprays -cuya ventaja es que llegan a cualquier parte del cuerpo- me han convencido, para mí lo mejor sigue siendo extenderlo con las manos.

8. Espera dos o tres horas a que suba el color. Seguramente tendrás que repetir toda la operación por lo menos una vez más. No olvides volver a aplicarte antes una loción para el cuerpo o body milk












9. ¿Y la cara? Por razones económicas y de espacio, lo mejor es escoger uno que sirva también para el rostro. Ten cuidado con las cejas, puedes poner un poco de vaselina para evitar que se manchen. Igual que con el resto del cuerpo, extiende antes una crema hidratante. 


10. Importante: Espera por lo menos 24 horas antes de ducharte para que el autobronceador se fije. Otra cosa, que el autobronceador nos dé un tono dorado no significa en ningún caso que la piel esté protegida del sol.

11. A la vuelta de las vacaciones yo me lo vuelvo a dar, aunque ya tenga un color dorado natural. No sólo es un buen truco para reavivar el bronceado cuando ya comienza a apagarse, además alarga su duración; di adiós a aquello de que "el moreno de la playa no dura nada, se va con cuatro duchas".


A mí me gusta mucho Sublime Bronze Gel de L'Oréal Paris. Su textura gel con partículas nacaradas ilumina la piel al instante, se seca en unos segundos y el efecto se ve el mismo día de la aplicación. El tono es muy natural, no tira ni a naranja ni a amarillo. El precio está en torno a los 15 euros.





Antes de despedirme, quiero desearos unas maravillosas vacaciones a quienes las cogéis hoy. Y si vais en coche, por favor, paciencia y atención a la carretera. ¡Pasadlo muy bien!





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