¿Cómo va vuestro verano? El mío ha tenido un poco de todo. Estuve unos días en Taormina, Sicilia. Una ciudad con vistas al mar jónico, construida sobre el Monte Tauro, que mira desafiante al volcán Etna. Yo ya estuve allí hace siete años y siempre tuve ganas de volver.
Nunca olvidaré la primera vez que estuve en Taormina. Fue una experiencia realmente mágica que puedo decir -sin riesgo de caer en la exageración- cambió mi vida para siempre. Por fin este verano he podido volver a caminar por sus callejuelas y escuchar en cada esquina eso tan italiano de Buonasera, signorina!
También bajé una vez más hasta la Isola Bella, realmente una playa bellísima, bañada por un mar turquesa transparente; pero también bulliciosa e incómoda, ya que está llena de piedras. Aún así es imprescindible pasar una mañana en ella.
Desde mi hotel, construido en la misma falda del Monte Tauro, había unas vistas maravillosas y al caer la noche, antes de salir a cenar a cualquiera de los coquetos restaurantes que encuentras en cada esquina, me sentaba en la terraza a ver la luna iluminando el mar y el cielo; brillando sobre los veleros y yates que amarran cada día en la costa.
En Taormina se va a pie a todas partes, subiendo y bajando escaleras, caminado tranquilamente de piazza en piazza.
Hay que perderse en sus jardines, contemplar las fachadas de colores repletas de macetas, de hiedra y buganvillas.
Hay que entrar en sus pequeñas iglesias; sumarte a los italianos y sicilianos y practicar el arte de la passeggiata por Corso Umberto -la calle principal- una costumbre ineludible en Taormina al caer la tarde.
Otro placer consiste en descubrir sus tiendas de cerámica siciliana y de antigüedades; sus tiendecitas gourmet...
Taormina es uno de mis lugares favoritos en el mundo, ¿se nota, no? ;) Si alguna vez tienes la oportunidad, no dudes en pasar allí unos días. Si vas con amigas, disfrutarás con toda la atención y el despliegue de simpatía, piropos y miradas que os dedicarán los sicilianos; por cierto, unos hombres realmente guapos y estilosos. Si vas en pareja, hazlo en primavera o en septiembre, hay menos gente y Taormina -una ciudad romántica per se- lo es aún más en esas fechas, en las que es más fácil perderse tranquilamente por sus callecitas y jardines.
La vuelta a Madrid fue dura, como siempre, pero además ando especialmente liada porque mi madre está recién operada. Esto es lo que me ha impedido escribir antes en La Macedonia; ¡por lo menos quería deciros que estoy viva! Y que, poco a poco, espero poder ir añadiendo nuevos posts a partir de la semana que viene.
Bueno, por lo menos me he traído el aroma de Taormina a Madrid... ¡Nos vemos en La Macedonia!
