Tengo la sensación de que El Gloss nunca ha tenido el papel protagonista que se merece. Igual que les pasa a algunos grandísimos actores secundarios del cine, parece que siempre se queda atrás en el reparto de los mejores castings de maquillaje.
Las barras de Labios, Las máscaras de Pestañas y últimamente Lacas de Uñas, se llevan los papeles principales y atraen todos los focos de atención. Pero yo creo que por su versatilidad -van bien en cualquier ocasión y pueden tener varios usos diferentes, ya verás-, deberían tener un lugar de honor en El Paseo De La Fama del Make-up.
Yo suelo tener varios al retortero, supongo que como muchas de vosotras. Desde uno transparente de Bobbi Brown hasta uno coral de L'Oréal Paris; también dos en rosa, uno de Clinique y el otro de Yves Rocher; y mi colección actual acaba con un gloss rojo de Kiko. Ahora las fórmulas son altamente hidratantes, y en algunos casos, muy duraderas. Ya no son tan pegajosos y los hay con y sin aplicador; y, por supuesto, los puedes encontrar en casi cualquier tono que busques.
Por todas estas razones, a muchas de nosotras nos acompañan siempre en el bolso. Pero además, hoy te voy a dar tres ideas para sacarle aún más partido a tu gloss:
En verano, no te separes de él. Llévatelo a la playa o a la piscina; incluso si lo tuyo son las vacaciones de aventura, échalo en la mochila. Yo el año pasado, en Las Montañas Rocosas Canadienses, siempre tenía uno a mano. Y no sólo por una cuestión de coquetería -que también- sino porque el gloss mantiene los labios hidratados de forma duradera; a bajo cero -como era mi caso en Canadá- o con altas temperaturas.
Pero si además te da un toque de color y de brillo, resalta tu boca e ilumina tus facciones en momentos en los que vas sin maquillaje, ¿qué más se le puede pedir? En el caso de las que vais a pasar unos días junto al mar, añadid a vuestro look una pamela y unas grandes gafas de pasta,... ¡y voilá, Efecto Diva conseguido!
Un truco que me encanta para convertir a la boca en la absoluta protagonista del maquillaje y, si me apuras, de todo tu look, es aplicar gloss sobre los labios ya pintados con la barra de labios que hayas elegido. Puede ser un gloss del mismo tono que la barra o parecido; incluso transparente, no importa.
El resultado te va a sorprender: el gloss resalta aún más el color de la barra de labios, es como si lo "reavivase" al máximo. Y por supuesto, le da un brillo espectacular que, en el caso de un lipstick mate que te parezca muy apagado en un momento determinado, se convierte por arte de magia en un color super intenso y brillante. Mi consejo es utilizar este truco mejor por la noche, de día podría resultar excesivo.
Y por último, un uso que -creo- no te esperas. Un día, para mantener las cejas en su sitio, utilicé un gloss transparente, que era lo que tenía más a mano. No sólo permanecieron toda la noche en su lugar, sino que además el gloss aplicado en las cejas le daba mucha luz a la mirada. De hecho, varias amigas me preguntaron qué había hecho -les encantaba el efecto- y se apuntaron el truco. Sólo necesitas una pizca y tener cuidado de no poner el gloss demasiado lejos de las cejas; lo normal es salirse un poco del arco del vello, y siendo así, no pasa nada.
¿Eres tú también fan del gloss? ¿Cómo y en qué momentos los usas? Cuéntanos tu Gloss-Experience aquí, en La Macedonia.
Fuente foto: via Mariola Azores on Pinterest